Por @Vlátido
Uno
El videorreportaje La burbuja del arte contemporáneo sitúa al mercado del arte en el contexto macro de los mercados financieros (Aquí: https://acortar.link/Yen3TV) Explica cómo y por qué el arte contemporáneo está inmerso en una burbuja financiera, elevando los costos de obra a precios realmente estratosféricos.
Para entender este fenómeno es conveniente situarnos en la perspectiva social del arte: mirar su estructura, pensarlo como institución, campos y mundo. Como quiera que se llame, el Arte, con mayúsculas, no es obra individual del artista.
Dos
Es común pensar desde la idea ilustrada del arte, aquella que evoca al artista genio. El genio creativo, tan caro a Kant, explica por qué las obras de arte, desde esta perspectiva, son consideradas individuales, a grado tal que éstas se han iconizado: no se compra el objeto sino el nombre del artista. Pensar al artista y su obra es una premisa de la estética occidental tradicional. Desde esta perspectiva se ponderaba el genio, como he dicho, y también la belleza de la obra. Otras expresiones artísticas y estéticas, como las artesanías, el arte popular y urbano, no se cotizan en este mercado.
Independientemente de la estética tradicional europea o el espacio de disputa creado por las estéticas decoloniales, el hecho de pensar al arte por el arte no explica su mercado. Es importante mirar también a los demás agentes que participan en la institución arte. Me refiero a los coleccionistas, curadores, gestores culturales; las galerías, museos, cafés y espacios para subastas; el público especializado, recurrente e incluso los no públicos que compran o visitan las galerías en actitud esnob.
Tres
Esta estructura es la que termina fijando los precios de las obras, así como su destino: de las obras emblemáticas a las invisibilizadas por la historia, no por su valor estético sino por su sentido social. Los artistas tienen como capital su talento y creatividad; los coleccionistas aportan el capital económico y son quienes provocan la burbuja, ¿cómo? Uno de ellos lo relata (cito de memoria al videorreportaje): solamente pon un precio y alguien lo comprará. ¿Realmente lo vale?
La compra-venta de obras de arte es una de esas y tantas prácticas. El hecho de que los precios de obras de arte alcancen esas cifras millonarias se debe a la propia estructura que los legitima. Pero como sistema, el arte crea sus propias estrategias de sobrevivencia, pero también colapsa. Estructuras al fin tienen su propia temporalidad. La historia nos dirá si los 200 años del arte han llegado a su fin, como pregona la posmodernidad.
Cuatro
Ahora bien, no está de más señalar las trampas de esa estructura. Los precios de la obra de arte se inflan (otra vez la burbuja), o se manipulan a través de esos agentes que intervienen en su valoración. La lógica de la celebridad, las funas y la cultura de la cancelación son prácticas comunes, además del pago que suele haber al crítico o al gestor del arte.
Subyace en ello un ejercicio de poder y de comunicación. ¿La obra de qué artista se promueve o se silencia y por qué? ¿Cómo se insertan estas prácticas en la lógica económica del mercado? ¿Cómo contribuyen a la efimeridad de la obra y a su mercantilización? Preguntas retóricas en realidad.
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