Víktor Molina.- Con la aparición y divulgación del primer procedimiento fotográfico conocido como daguerrotipo en 1839, comienza oficialmente la historia de la fotografía. A partir de este proceso (que requería de conocimientos precisos, equipos grandes y pesados), hasta principios del siglo XX, cuando George Eastman introduce la cámara Kodak, se genera un mercado masivo de la fotografía y se crean las categorías de fotografía amateur y fotografía profesional, diferenciando lo artístico y lo casero.
Durante este periodo se generó el uso y creación de cánones fotográficos que permitieron su popularización y la creación de galerías, revistas especializadas, libros, curadores y profesionales en la materia.
Después de varias décadas, la aparición del proceso de digitalización permitió que los usuarios tuvieran de nuevo el control del proceso fotográfico completo, hasta la que se considera una de las transiciones tecnológicas más destacadas en el aspecto fotográfico: la aparición de los teléfonos móviles (y las apps o aplicaciones), que permiten la combinación de dos instrumentos: un dispositivo de captura y uno de comunicación, lo que unifica la producción, procesamiento, difusión y exhibición de imágenes de manera inmediata.
De esta forma los cambios en la práctica fotográfica y la tecnología digital generan nuevas relaciones con la materialidad de la imagen, las redes en las que se inserta y los nuevos usos que se hacen de ella.
Para el fotógrafo Pedro Meyer el uso de los dispositivos móviles en la fotografía marca un código distinto, señala que “es una tecnología joven que está transformando al mundo entero”. A partir de la utilización del teléfono móvil para fotografiar, es necesario entender el uso de la fotografía y su lugar central en la cultura contemporánea, además de redefinir el concepto fotográfico. Para Pedro Meyer el teléfono móvil no busca sustituir a la cámara, sino más bien complementar el proceso fotográfico.
Al respecto, Miguel Ángel Camero señala que “no es tan solo procesar con aplicaciones y publicar de inmediato, sino entender que la imagen no queda quieta al momento de captura, sino que evoluciona al procesar y aún más cuando es vista, comentada y discutida”, comprendiendo que existe un proceso de difusión que no controla el artísta. Además refiere que en México todavía hay “un rezago sustancial” en el desarrollo de la fotografía por medio de teléfonos móviles, “incluso a nivel de fotografía amateur”.
A partir de la Segunda Guerra Mundial la gran crisis conocida como posmodernismo ha permeado en esta era tecnológica, a partir de la difusión que su impacto tiene en la sociedad a través de diversos medios de comunicación, pero principalmente en el internet.
Aunado a la influencia que la globalización ha tenido en las ciudades de todo el mundo, principalmente al romper con el carácter de lo individual al propulsar una homogenización de tendencias que se reflejan en las calles, desde donde se imitan los modelos importados de fuera y principalmente caracterizados por la mercadotecnia, que se aboca a lo que ‘necesita’ cada grupo social.
La sociedad urbanizada consiste en un fenómeno del mundo moderno causado por la emigración de las personas del campo a la ciudad. El espacio se convierte en un contenedor de imágenes e información para la sociedad que de ser reconocidos, enriquecen la identidad cultural y reflejan la búsqueda de identidad.
La fotografía adquiere un carácter testimonial, al mostrar las condiciones del medio en el que se desenvuelve el hombre, buscando generar reflexión y análisis profundo sobre la crisis de identidad. La ciudad es apasionante, misteriosa, el lugar donde convergen las actividades de sus habitantes que merecen ser retratadas.
Mi consejo: Sal a caminar, observa tu alrededor, las calles, la gente, lo que crees cotidiano, siempre habrá algo/alguien que llame tu atención y entonces, captura ese instante con tu teléfono móvil.