Liróforo/Divergente.info.- La semana pasada tuvimos la oportunidad de asistir a la 4ª feria internacional del libro Chiapas-Centroamérica que organiza la UNACH. Algunos románticos insistimos en que no está de más una feria con buenas editoriales, que traen buenos libros y a su vez están a disposición con buenos descuentos. Pero conforme se han alejado las ínfulas festivas del 40 aniversario de fundación de la UNACH, parece que también mueren las ganas de hacer de este evento una festividad de las letras, con exponentes que por lo menos están a la altura de las ferias de otros estados.
Y es que además de los rumores que corren sobre las finanzas universitarias, el apoyo de entidades estatales fueron pieza clave para determinar la calidad de las plumas invitadas, más de una al servicio de instituciones que mostraron su incapacidad de ejercer una crítica oportuna sobre las lecturas.
Pero independientemente de eso, la feria del libro nos deja desazón, pues 7 escenarios para presentaciones simultaneas, múltiples coloquios de investigación con buenos ponentes pero que la logística hacía imposible asistir porque se empalmaban con otras actividades y la ausencia total de estudiantes, no sólo de la universidad, que no extraña a nadie su apatía, sino del resto de las escuelas de la ciudad y aún incluso de los municipios vecinos, sumado a una ausencia total de difusión como en otros años, nos hace reflexionar en que este año algo no se hizo de la misma forma.
Quizá la universidad debiera pensar en aminorar el show, en el cual se gastaron millones según consta en las declaraciones registradas en la página de la universidad para desarrollar un espectáculo que probablemente sea prescindible, pues poco de académico e impacto social muestra y que podría haberse aprovechado para mejorar la calidad o duración del evento.
Y sin embargo, a pesar de todo, no queda más que agradecer a la universidad que junto con la librería del FCE José Emilio Pacheco, nos permiten gozar de remansos culturales que tanta falta hacen en una sociedad castigada por malas administraciones que denostan constantemente el valor del arte.