Por: Vladimir González Roblero
Uno
Cuando Alfred Jerry publicó su novela Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico (1911), no sabía del profundo impacto que causaría en el arte y en la ciencia. Inmediatamente, según cuenta Fernando Delmar en Inmaterialidad, indiferencia (2013), Marcel Duchamp se asumió patafísico y mostró los límites de la ciencia a través de su propuesta artística. Una de sus obras, El gran vidrio, cuestionaba los fundamentos de la física.
A partir de entonces entró en el vocabulario de artistas la palabra patafísica. Con ella nos referimos a explicaciones posibles, imaginarias, rayanas en el absurdo. Entre los artistas dio pie al surrealismo y ha desdibujado, sin reconocerse a cabalidad, las fronteras del conocimiento científico, donde lo contingente se incrusta como paradigma epistemológico.
De estas explicaciones posibles son las que se han nutrido las redes sociales virtuales a partir del terremoto recientemente ocurrido en México, cuya magnitud fue de 8.2 en escala de Richter.
Dos
A través del servicio de mensajería de Whatsapp circuló el video de un supuesto científico de nombre Alex Backman. Explica que el culpable del terremoto fue el Sol: “Los terremotos están correlacionados con la actividad del Sol… una serie de llamaradas clase X… provocaron esto. Ha sido inverosímil lo que ha pasado: …una mancha comenzó a soltar una y otra y otra ráfaga hacia la Tierra… lo que provocó el terremoto en Chiapas”, dice Backman en el video que también se puede consultar en Youtube.
Días después se difundió esta noticia: “El Sol emite otra fortísima llamarada, cuarta en menos de una semana”. La información se publicó en el portal de noticias RT y la fuente fue el Instituto Físico Lébedev de la Academia de Ciencias de Rusia (Lee: https://goo.gl/F4Qdho).
Una rápida búsqueda en la red no permitió ubicar mayores referencias del Instituto, salvo las que replicaron la información difundida por el portal informativo.
La noticia no vincula esta actividad del Sol al terremoto, sino a otras consecuencias: malestares físicos y afectaciones en los sistemas de comunicación. Pero el ánimo patafísico parece dar la razón a Backman.
Tres
La historia es cercana a un guión de Netflix: con la finalidad de favorecer las telecomunicaciones, el gobierno de Estados Unidos ha financiado un proyecto que estudia las propiedades de la ionosfera. Éste ha sido bautizado como HAARP, por sus siglas en inglés. Los conspiracionistas sostienen que este proyecto es capaz de generar armas geofísicas, como los terremotos y los huracanes.
Según el portal Monitor Expresso, el “proyecto consiste en 180 antenas que trabajando en conjunto serán como una antena gigante que podría generar alrededor de un billón de megavatios, es decir, un billón de ondas de radio de alta frecuencia, (y tiene) la capacidad para desencadenar inundaciones, sequías, huracanes y terremotos” (Lee: https://goo.gl/cByKNg).
Usando el hashtag #Haarp, los usuarios de redes sociales, principalmente tuiter, relacionaron el terremoto con el proyecto Haarp, y aseguraron que éste, más los huracanes que azotaron el Caribe y al mismo Estados Unidos, fueron provocados por el gobierno norteamericano como una estrategia de control geopolítico.
Cuatro
El principio de la Navaja de Ockham establece que la explicación más simple es la más probable. Sobre las luces que se observaron en el cielo durante el terremoto, varias versiones han circulado. Se ha dicho que son resultado del mismo proyecto Haarp, debido a la actividad de sus antenas; o que en realidad se trata de una actividad alienigena, común cuando han sucedido eventos extraordinarios y de magnitud como el que acabamos de experimentar.
No menos patafísica es la explicación científica. Se conoce como triboluminiscencia: “la energía liberada, al escapar a la superficie de la Tierra y chocar con su atmósfera se convierte en descargas eléctricas que toman la forma de brillos. Durante un terremoto, el estrés de las placas chocando entre sí genera cargas eléctricas, que se desplazan hacia arriba a lo largo de las fallas geológicas casi verticales. Cuando las cargas alcanzan la superficie de la Tierra e interactúan con la atmósfera, crean un resplandor” (Lee: http://bit.ly/2vQz0YE)
¿Cuál de ellas es la más simple?
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