Roberto Román//Divergente.info
Mucho se habla del compromiso social del cine, y en este breve texto daré mi opinión de este concepto del “compromiso”.
Cuando un director de cine comienza un proyecto, es decir genera una idea para un guión cinematográfico lo último que piensa es qué va a cambiar en la sociedad, por una sencilla razón, sería muy pretencioso creer que una película de 100 minutos podría cambiar sustancialmente el comportamiento social y sus eternos vicios.
Dicho esto podría quedar contestada la pregunta de cual es el compromiso social del cine, pero lo voy a explicar con algunos ejemplos de ficción y de documental que se me vienen a la mente.
Comencemos con Miss Bala (2011 México) del director Gerardo Naranjo. Esta película estrenada en la sección Un Certain Regard en el Festival de Cine de Cannes 2011 narra la vida de una chica pobre de la ciudad de Tijuana que por su belleza participa en un certamen pero por un vuelco de la vida termina involucrandose con los capos mas importantes de la ciudad, todo con tal de salvarle la vida a su padre y su hermano que esta secuestrados por estos líderes del narco.
Se dice que la película esta basada en hechos reales que protagonizara la tristemente celebre Miss Sinaloa 2008, Laura Zúñiga, quien fue detenida junto a presuntos delincuentes en un camión lleno de municiones de las afueras de Guadalajara, Jalisco.
Pero ¿cuál es la tesis de esta película? Gerardo Naranjo nos narra a manera de suspenso la vulnerabilidad de las familias pobres en una ciudad tan violenta y conflictiva como lo es la ciudad de Tijuana, donde la belleza de una joven podría ser la salvación a su entorno pero resulta que esa característica resulta ser su peor pesadilla.
Miss Bala es una pieza violenta, estrujante, y esas son las características que logran en el espectador ese sentimiento de furia, de sensibilización hacia las victimas del narco, pero no es el propósito principal hacer una denuncia social, solo es un retrato de uno de miles de casos de hechos violentos que hay en este país.
Revisemos otro ejemplo que es muy parecido a este: Heli (2013 México) de Amat Escalante con el mismo entorno; una ciudad muy pobre de Guanajuato, una joven de nombre Heli, casado y con una hija, trabaja con su padre en una fabrica ensambladora de autos y juntos mantienen la casa donde también vive la hermana menor de Heli que estudia la secundaría, el novio de la hermana de Heli roba un kilo de cocaina a un capo y lo esconde en el tanque de agua de la casa de Heli provocando así el asesinato del padre de Heli y un desenlace fatal para esta familia.
Esta película también habla de la vulnerabilidad de las familias pobres ante el poderío que ejerce el narco en esta comunidades, un error de un niño queriendo coquetear con el narco provoca muertes, abusos, miedo y una sensación de impotencia en los espectadores de ver el terror que puede provocar la violencia del crimen organizado.
Dudo mucho y lo digo con seguridad que el propósito de Amat Escalante sea cambiar o minimizar este poder que demuestra el narco mexicano, sería muy arrogante creer que un par de buenas actuaciones, una fotografía bellísima y una gran dirección puedan combatir años y años de violencia y corrupción que vivimos los mexicanos.
Y por último veamos un ejemplo más reciente, La Jaula de Oro (2013 México-España) del director Diego Quemada Diez la gran película del 2014, esta película lo gano todo o casi todo su exposición fue a nivel mundial, la película alcanzo dimensiones inimaginables para una película de mediano presupuesto, casi hecha en la independencia, una cinta que narra la travesía de tres jóvenes en la frontera de Guatemala y México queriendo llegar al vecino país del norte buscando el sueño americano, en este viaje estos jóvenes sufren todos los horrores de la vida del migrante, hambre, frío, corrupción, violaciones, asaltos, todas y cada una de las “linduras” que sufren nuestros hermanos de centro america para poder tener una vida “mejor”, a pesar del realismo con que se trato esta película, casi en un tono de documental ficción su logro social solo alcanzo para que la gente que no conocía como es la vida de los migrantes tuviera una idea de la difícil tarea que es intentar cruzar un país como México, pero hasta ahí, el objetivo de este trabajo no es intentar cambiar esa realidad si no visualizarla, democratizarla como dicen los “libres pensadores”, pero no más.
En conclusión creo que el compromiso como director siempre tiene que ser con uno mismo, ser congruente con la historia que se quiere contar y ser fiel a ella y defenderla, siendo coherente con uno mismo se puede lograr, eso sí, un cambio de pensamiento en los espectadores que ven nuestro trabajo, el documental es probable que pueda tener una alcance mayor en los cambios de percibir la realidad ya que sus temas casi siempre tienen un entorno social, pero la ficción solo se queda en el terreno de lo artístico.
Hace un par de años en el festival de cine de Guadalajara platicando con el documentalista Everardo Gonzales (La canción del pulque, Los ladrones viejos, a cielo abierto) nos contaba que cuando filmo “Cuates de Australia” vivo una anécdota muy curiosa que aquí les contaré y creo que resume un poco mi idea del compromiso social del cine.
Cuates de Australia es un documental de una comunidad de Coahuila donde una vez al año las familias de esta zona salen en busca de agua ya que en esta zona hace 40 años no cae gota de lluvia, el documental hace una metáfora de los ciclos de la vida a traves de la escaces de agua, este documental es un poema a la vida, pero bueno lo chistoso es que cuando se estrena el documental las autoridades municipales de esta zona de Coahuila se conmovieron tanto con el caso que hicieron un gran proyecto para llevar agua entubada hasta esa agreste zona, durante la filmación una de las familias que Everardo filmo tuvo un bebé que sale en la película por cierto, un año después Everardo es invitado como padrino de bautizo del niño y llego a la comunidad a la fiesta que se ofreció, pasada la misa y todo el protocolo Everrado se pone a platicar con un grupo de personas y les pregunta que tal les estaba yendo con el agua entubada, a lo que todos contestaron, regresamos a usar el agua del pozo y las reservas que tenemos guardadas por el agua de tubo sabe mucho a fierro…
Aunque la película había logrado, sin proponérselo, un cambio sustancial en esa comunidad, el arraigo con su sistema social provoco que la gente de esta comunidad regresara a lo que conocía y sabia hacer.
Entonces cual es el compromiso social del cine con la realidad del país, en este momento ninguno, debería tener un compromiso social? no lo sé, lo que si sé es que el cine es una de las artes más influyentes en los cambios de percepción y pensamiento.
Roberto Román
Enero 2016
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