José Luis Cuevas, una representación de la ruptura

José Luis Cuevas, una representación de la ruptura

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Redacción//Divergente.info

José Luis Cuevas nació el 26 de febrero de 1934, en la Ciudad de México, en los altos de la fábrica de lápices y papeles El Lápiz del Águila, administrada por su abuelo paterno, Adalberto Cuevas.

En 1941 ganó el primer lugar del concurso de dibujo infantil promovido por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el cual le valió ser llamado «el güerito pintor».

Un año más tarde y con tan solo ocho años, el pequeño José Luis encontró su vocación luego de apreciar los murales de Roberto Montenegro (1887-1968), en la biblioteca de la Escuela «Benito Juárez», y los de Diego Rivera (1886-1957) en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca.

En 1944 ingresó como alumno irregular a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda», sin embargo no pasó mucho tiempo ahí, pues a causa fiebre reumática abandonó sus estudios.

Dibujante, grabador, ilustrador y escultor. Fue uno de los líderes de la llamada generación de ruptura con el muralismo mexicano; la generación que se manifestó en oposición al arte que presentaba programas políticos enfocados a promover ideas nacionalistas. Constantemente, defendió su postura contra la cultura oficial, la enseñanza académica y el muralismo. 

A mediados de la década de los 50, su obra  la obra comenzó a ser reconocida por coleccionistas y logró gran fama a través de constantes exposiciones a nivel mundial. En apoyo al movimiento estudiantil de 1967-68, expuso el Mural Efímero en la Zona Rosa de la Ciudad de México y diversos happenings en San Francisco en contra de la guerra de Vietnam. Para exponer esa angustia, eligió retratar escenas de hospitales y prostíbulos, utilizando como modelos a las prostitutas, los pordioseros y los enfermos mentales, presentándolos como seres deformes y monstruosos; tema que continúa a lo largo de toda su trayectoria. 

Entre sus múltiples premios y reconocimientos destaca que el periódico The New York Times lo ubicó en 1967 como uno de los más grandes dibujantes del siglo XX. En 1961 provocó un conflicto diplomático entre Italia y España al exponer en una galería de Roma Los Funerales de un Dictador La Caída de Franco.

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