Agencias/Divergente.info.- Para recordar la trayectoria y legado del periodista, novelista y dramaturgo Vicente Leñero (1933-2014), a un año de su muerte, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le rendirá un homenaje mañana en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
En la sesión participarán el escritor José Luis Martínez S., el director de teatro, David Olguín, y Héctor Orestes Aguilar, como moderador, para reflexionar sobre la labor de Leñero, quien falleció en esta ciudad el 3 de diciembre de 2014, informó el INBA, en un comunicado.
El narrador y ensayista David Olguín se refirió a Vicente Leñero como «un extraordinario periodista preocupado por la verdad, por la realidad, tenía esa vena de observador muy minuciosa de los entornos sociales y de cómo se insertaban las pasiones individuales, pero siempre relacionado al fenómeno social».
Respecto a la actividad de Leñero en el ámbito teatral, Olguín consideró que «es uno de los corpus más importantes de la dramaturgia del siglo XX mexicano. El teatro es una primera faceta que tiene Leñero en su obra y que después vamos a encontrar problematizada, complejizada, a partir en muchos sentidos de su cercanía a la escena».
Destacó que la relación más sofisticada que tuvo en el teatro fue con Luis de Tavira, uno de los directores de escena más interesantes, «con quien desarrolló un trabajo magnífico».
Tras recordar que Leñero «tenía un gran amor por el teatro», Olguín mencionó que en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, el periodista se refirió al teatro al explicar por qué se debe de aspirar a una dramaturgia nacional vigorosa.
Nacido el 9 de junio de 1933 en Guadalajara, Vicente Leñero estudió Ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y periodismo en la escuela Carlos Septién García.
Distinguido con varios reconocimientos, entre ellos el Premio «Xavier Villaurrutia» 2000 y el Nacional de Literatura y Lingüística 2001, destaco por obras como «Los albañiles» (1964), «El garabato» (1967), «El evangelio de Lucas Gavilán» (1979), «Asesinato» (1985) y «La vida que se va» (1999).
Al inicio de su carrera escribió novelas para radio y televisión, además hizo cuentos, obras de teatro y un sinfín de guiones, reportajes y memorias; además, fue subdirector de la revista «Proceso» y miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua.