Ana Castro//Divergente.info.- Todo indica que la nostalgia noventera no sólo se apoderó este año de la moda, pues ya vimos el regreso triunfal de las chunky hairs, los butterfly clips, la joyería de fantasía, los ‘cropped tops’, estampados como el ‘tie dye’, sino también de la industria del streaming, pues entre sus apuestas más grandes del 2021 está el incluir historias juveniles ambientadas en los años 90.
Es así que tanto Netflix como Amazon lanzaron en el verano dos de sus historias que evocan a la perfección la época que ve el nacimiento de la ya interminable competencia tecnológica entre Apple y Windows, el Auto-Tune, los videoclubs, las Arcade, el discman y el walkman; que se nos murieran los Tamagotchi, el uso interminable de la comic sans y las camisas a cuadros amarradas a la cintura, pero sobre todo, estas dos series, además de mostrar la esencia de los noventa, exhiben también una variedad de canciones y bandas que marcarían la escena musical de dicha era.
Netflix con su trilogía de “Fear Street” y Amazon con “Cruel Summer”, le vienen a mostrar a las nuevas generaciones, y a las no tan nuevas, porque los 90’s eran tan cool.
Cruel Summer y la alternancia del tiempo
Cruel Summer despierta la curiosidad en varios niveles. El nuevo drama está usando los días felices de los 90 para decir que eran todo menos gloriosos y había fallas. Esta trama tiene lugar durante un período de tres años, todos el mismo día de junio de 1993, 1994 y 1995 y cuenta la historia –la trágica historia– entre Jeanette Turner, Kate Wallis, el novio de ambas, sus amigos y un subdirector que marcará una pauta tras su llegada a la ciudad.
Cuando Kate desaparece, Jeanette termina floreciendo, se lleva a los amigos de Kate e incluso sale con el novio de Kate. Pero cuando comienza el verano de 1994, Kate es encontrada y acusa a Jeanette de saber dónde estaba todo el tiempo. Corte a la llegada de 1995, donde Kate y Jeanette, drásticamente alteradas, se enfrentarán cara a cara cuando Jeanette demanda a la chica rescatada por difamación de su carácter.
La serie no es necesariamente un drama criminal, aunque se comete un crimen. Se trata más de cómo las personas cambian en breves períodos de tiempo y de los efectos de un trauma duradero. Un elemento clave de la serie es la configuración entre la era, no solo para diferenciar en qué período de tiempo estamos, sino para ilustrar cómo vemos la memoria después de que sucede algo horrible.
Esta alternancia de años en la misma fecha durante cada capítulo le da un aire a lo que ya hizo Greta Gerwig en ‘Little Women’, y también ese toque particular a la serie, además de que está llena de referencias musicales que van desde los Cranberries, Tiger Trap, Mazzy Star, Oasis, Radiohead hasta Garbage. Al final, te dan una bofetada en la cara, algo así como lo hicieron en The Act con el personaje principal, pues no todo lo que pinta como bueno y noble termina siéndolo.
Una carta de amor sangrienta
Contrario a lo que hizo la compañía de Bezos, Netflix decidió apostar por una de las sagas literarias más aclamadas de la época. Basada en las novelas de terror de R. L. Stine, la trilogía brinda referencias a otras películas y además muestra distintas épocas a través de su música.
La serie de libros de ‘Fear Street’ se publicó entre 1989 y 1999, y tras más de 20 años, ha logrado vender más de 80 millones de copias alrededor del mundo, por lo que se ha colocado como una de las sagas de libros juveniles más vendidas de todos los tiempos.
Si bien Stine y sus historias de terror para niños (hola Goosebumps) marcan una pauta en la literatura de terror para los más pequeños, y en cierta forma inspirado por el boom de Stephen King, lo que hacen Phil Graziadei y Leigh Jaiak en su adaptación para el gigante del streaming es un homenaje en todo el sentido de la palabra al género slasher que se consagró por casi tres décadas.
Es así pues que tanto 1994, 1978 como 1966 te hacen pensar sí o sí en Friday the 13th, Halloween, A Nightmare on Elm Street y quizá la última entrega a momentos en The Village o The Witch.
Pese a no ser la saga slasher más original del mundo, está trilogía funciona como una carta de amor al terror de los 90’s.
Todo parece indicar que la producción cinematográfica ha logrado satisfacer a cada uno de los cinéfilos, pues además de mostrar historias entretenidas de terror, las referencias de cine y los soundtracks de ‘Fear Street’ que van desde Rob Zombie, Portishead, The Offspring, Pixies, Nirvana, David Bowie, The Runaways y The Velvet Underground hasta Oasis resultan un deleite para su audiencia y le agregan ese toque al film de Leigh Janiak.