Javier Molina, una vida dedicada al periodismo y la cultura

Javier Molina, una vida dedicada al periodismo y la cultura

Para mí los mejores reconocimiento y los más valiosos son cuando las personas conocen y les gusta tu trabajo: Javier Molina

by Divergente.Info

Misulivan Rosales//Divergente.info.- Escritor, periodista y poeta, Javier de Jesús Molina Estrada nació en San Cristóbal de Las Casas,  Chiapas, el 8 de noviembre de 1942.  Estudió Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Trabajó como reportero cultural  en Unomásuno,  La Jornada y como colaborador de Cultura Sur, además de haber publicado libros de poesía.

Su gusto por la literatura comienza desde pequeño, como muchos niños encontró interesantes las historietas y posteriormente los libros a finales de la primaria.

Participó en concursos de declamación desde corta edad y para la secundaria ya escribía en una publicación que realizaba la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach).

Para estudiar la preparatoria se mudó a la Ciudad de México, donde trabajaba por las mañanas en el periódico “El Día” y estudiaba por las noches, posteriormente comenzó sus estudios universitarios en la UNAM.

 

Javier Molina y el Movimiento Estudiantil

Siempre activo, e interesado por los acontecimientos que marcaron al país, Javier Molina participó como dirigente en el movimiento estudiantil de 1968 en la ciudad de México. El poeta representaba a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales  de la Universidad Nacional Autónoma de México en el Consejo General de Huelga.

“Fue no sólo de lucha política, sino también, un gran movimiento cultural, de sensibilidad, de expresión plástica, literaria, musical y cinematográfica”, explicó.

“Este movimiento no surgió de la noche a la mañana, es algo que se estaba gestando desde años antes. Había una identidad colectiva y surgieron grandes ideas del movimiento, pero la consecuencia fue la represión, a raíz de esto todo cambió”, agregó.

En 1977 retomó el periodismo en la publicación Unomásuno, poco tiempo después terminó la etapa de este periódico para dar comienzo al proyecto La Jornada  el 19 de septiembre de 1984; Javier Molina fue uno de los fundadores.

“En la Jornada reivindica los créditos de la fotografía, adquiere un valor, además de que comienzan los caricaturistas un elemento importante en el medio escrito”, explicó.

 

El día que la ciudad se sacudió

El 19 de septiembre de 1985, cuando el periódico La Jornada cumplía su primer año de existencia, la Ciudad de México fue sorprendida muy temprano con uno de los terremotos más fuertes y desastrosos  que ha tenido, Javier Molina se encontraba en su departamento de Chapultepec.

A su llegada al periódico recibió la noticia de que uno de sus amigos, el músico Rodrigo González había fallecido, “lo primero que escribí al llegar al periódico fue una nota dedicada a él, se llamó Rodrigo recuerdo tu alegría”.

 

Regreso al terruño

En 1993, después de 30 años de vivir en la Ciudad de México, regresó a San Cristóbal de Las Casas, lugar que lo vio nacer.

Al poco tiempo de su retorno, toma fuerza el movimiento Zapatista, “el lapso en el que regresé se conjugó con una serie de eventos que se suscitaron en el municipio y en el estado, el movimiento Zapatista fijo los ojos del mundo en Chiapas y muchos escritores, pintores y artistas estuvieron en San Cristóbal de Las Casas, por lo que en esos tiempos tuve una gran cantidad de trabajo como corresponsal de la Jornada” explicó.

Como periodista, Javier Molina tuvo la oportunidad de entrevistar a diversos actores de las artes, como Jorge Luis Borges, Renato Leduc, Eduardo Galeano, Carlos Fuentes, Dolores Castro, Amparo Dávila, Jaime Sabines, Vicente Leñero, Ricardo Garibay, Alejando Aura, José Agustín, Elsa Cross, Elva Macías, Oscar Oliva, Juan Bañuelos, entre otros.

Asimismo, Javier Molina destacó en el mundo literario, amante de la poesía publicó los libros “Bajo la lluvia”, “Para hacer plática”, “Muestrario”, “La luz se revela”  y “El lugar de los hechos”.

“Para mí los mejores reconocimiento y los más valiosos son cuando las personas conocen y les gusta tu trabajo”, destacó el poeta, a quien hasta hace poco era posible ver caminar por las calles de San Cristóbal cargando su libreta y algunos libros.

Hoy nos ha dejado, y nos quedan muchas enseñanzas y anécdotas para recordarlo, descanse en paz Javier Molina.

Foto: Marcopolo Heam//Divergente.info

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